miércoles, 16 de enero de 2008

NUEVOS PAISAJES AGRARIOS EN NAVARRA

NUEVOS PAISAJES AGRARIOS EN NAVARRA.

Alfredo Floristán Samanes

Tal y como dice el autor, el articulo se ciñe en los nuevos paisajes originados en los últimos 20 a 25 años. Así, el objetivo principal es hacer una clara descripción de los nuevos paisajes originados en Navarra como consecuencia del abandono de tierras y por la creación de un paisaje agrario nuevo como es el de las esparragueras, a las que dedica un extenso párrafo del artículo.

Tras una primera introducción en la que el autor señala el tema sobre el que va a tratar el artículo, el autor inicia una extensa descripción de los paisajes agrarios de abandono de Navarra. Seguidamente, se centra en las esparragueras de secano, como una de las causas del aumento de tierras de abandono y explica la evolución de la producción, los paisajes donde se dan las esparragueras y el tipo de plantación que produce, así como los distintos tipos de espárrago que se producen. Por último, analiza otros cambios en los paisajes agrarios como consecuencia del avance del cereal o la extensión de los prados naturales para finalizar con un análisis de la concentración parcelaria.

Inserción de la obra dentro de los contenidos de la Geografía rural.

En el primer punto analiza los paisajes agrarios de abandono donde señala que proliferan en los últimos años en las zonas mas accidentadas, que ocupan un lugar intermedio entre campo y matorral. También señala otra zona como la situada en la periferia inmediata a las ciudades pero que no tratará en el artículo.

El factor fundamental puede distinguir dos variedades, según haya sido provocada por el éxodo rural o por los obstáculos del terreno al cultivo mecanizado.
El primero se produce por el abandono de las pequeñas aldeas, dejando de cultivarse las tierras mas alejadas del núcleo de población y las de mayor pendiente, pasando con el tiempo a ser propiedad de la Diputación, previa compra de las tierras particulares. Estas tierras de abandono se dan principalmente en las zonas pirenaicas y prepirenaicas.
Este despoblamiento se acentúa en los últimos años.
Mas corrientes son los paisajes agrarios de abandono por pendiente excesiva del terreno, por la dificultad de incorporar la mecanización agrícola, siendo frecuente en pueblos afectados por el éxodo rural.
Una variedad especial de estos paisajes, tal y como señala el autor, es la constituida por bancales, donde se hace casi imposible el cultivo mecanizado, por lo que se abandonan a la vegetación natural.

En un segundo punto el autor se centra en las esparragueras de secano, que se trata de un paisaje nuevo puesto que hasta los años 60 solo existían las esparragueras de regadío, pero a partir de esta fecha se impulsan en secano.
Los resultados fueron alentadores, duplicándose la superficie total de cultivo desde 1954 hasta 1983, fecha en la que se escribe el artículo. La parte mas importante de este incremento corresponde al espárrago de secano, que apenas se cultiva fuera de La Rioja y Navarra.
El autor realiza un pequeño estudio de las necesidades de la esparraguera para ser cultivada, donde señala que es resistente a las heladas y a una gran variedad de climas, aunque la temperatura y la precipitación puede afectar en gran medida a la producción.
En cuanto al factor edáfico señala unas estructuras físicas que determinan su cultivo, como una textura ligera, con un suelo profundo y bajo contenido en arcillas.
En cuanto al tipo de cultivo que producen los esparragales, son alineaciones con separaciones considerables entre planta y planta.
Del precio señala un aumento hasta el año 83, fecha en la que se produce una bajada por consecuencia del stock.
Por último, señala la importancia de la orientación N-S, lo que coincide con la dirección de los vientos predominantes en el valle del Ebro.

En un ultimo punto analiza los cambios en los paisajes agrarios, donde destaca la celearización del campo, el aumento de los prados naturales, la concentración parcelaria, la revolución de las cercas y la repoblación forestal.
Así, señala el descenso de las superficies de cultivo de vid a favor de los cereales, donde se da una preferencia a la cebada en perjuicio del trigo.
Por su parte, los prados naturales han aumentado desde finales del siglo pasado gracias a las campañas llevadas a cabo desde 1974 a favor de la conversión en praderas de ciertos terreno incultos.
Por último, la concentración parcelaria ha afectado a numerosas hectáreas, produciendo una mejora de red de caminos y saneamientos.

Metodología.

El autor utiliza un método deductivo, partiendo de la hipótesis de los paisajes agrarios abandonados, que después analiza punto por punto, para llegar a la conclusión final que confirma la existencia y el por qué de estos paisajes.

Ideas subjetivas.

El autor hace referencia clara a lo que pretende referirse en el articulo, ciñéndose en los nuevos paisajes originados en Navarra como consecuencia del abandono de las tierras agrarias.

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